Luz en la botella. Según cuentan las personas, en una hacienda vivía una mujer llamada luz, que día
y noche comía y bebía con un ambiente alegre pero solitario. Ella tenía todo lo que una persona puede anhelar, le sobraban cosas ya que compraba sin necesidad. Ella había pedido un deseo el cual se le había cumplido, ‘’vivir para siempre’’ y todo marchaba muy bien durante los primeros cien años, después de esa fecha empezó a encogerse y su piel se empezó a llenar de arrugas y era muy frágil. Hasta que de pronto se dio cuenta de que y ya no podía hacer las mismas cosas de siempre, ya no podía andar mucho tiempo de pie, salir a caminar sola, tenía que usar un bastón o una caminadora o simplemente salir con alguien que la guiara porque también perdía el conocimiento y no se acordaba de donde vivía, pasaba noches fuera de su casa hasta que alguien la encontraba y la devolvía.
Tan mal se puso que ya no podía comer ni beber por su propia cuenta, pues ya dependía de alguien. Pasaron tantos años que su tamaño empezó a ser menor, hasta quedar del tamaño de una rata, así la metieron a una botella de vidrio y la colgaron en una iglesia. Se dice que solo se mueve unas veces al año cuando el padre otorga su misa.