El mito de la princesa mojada. Había una vez un príncipe que estaba buscando una princesa. Pero ella tiene que ser una princesa de verdad. Entonces el príncipe se dio toda la vuelta al mundo para encontrarla, y aunque se encontró con varias mujeres a él solo le importaba que fuera una chica sensible y amable y que lo ame a él y no a su dinero o porque simplemente es príncipe.
Al final se llegó a casa, muy decepcionado. Una noche se desato la más terrible tormenta que pudo haber cerca del castillo. Se tornó muy ruidosa y molesta y no podía dejar dormir a nadie.
El rey, la reina y el príncipe se sentaron alrededor del fuego de la chimenea porque hacía mucho frio. De repente se oyó un sonido de la campana a las puertas del palacio. Él rey fue a ver quién podía estar afuera en una noche tan terrible. Cuando abrió las puertas había una joven princesa que estaba de pie y muy empapada por la tormenta. El agua fluía de los extremos de su pelo largo, el príncipe vio como el agua corrió por su ropa y sus zapatos. Quedo totalmente enamorado.
“Sera mejor que entres o te enfermaras” dijo el rey, lo que lleva a la joven princesa a el palacio donde ella paso la noche rodeada de goteos, y sin mirar a nadie ella agradeció por la hospitalidad que le brindaban como una princesa. La reina pregunto “¿Eres una princesa?”, “Sí, soy una princesa” le respondió. La reina estaba muy dudosa.
La joven princesa se quitó la ropa mojada y se abrigo con todas las sabanas y se recostó con 4 almohadas. A la mañana siguiente el príncipe le propone matrimonio pero ella no acepta, y durante la insistencia del príncipe por semanas ella acepto y se casaron en el palacio.