La procesión de la media noche. Una noche un pescador queriendo el mejor momento para pescar, salió antes de medianoche cruzando el pueblo para llegar al rio, antes de llegar vio salir de la iglesia una procesión.
La procesión llevaba personas con velas, una se le acercó y le entrego una vela. El pescador acompaño la procesión. Al contar lo ocurrido le dijeron que tenía que devolver la vela.
El pescador busco la vela, y ésta ya no era una vela si no un hueso y debía devolverlo, de no hacerlo tomaría el lugar del alma que se la dio. El pescador la devolvió y el alma se fue sin hacerle ningún daño.