Se dice que en un pueblo, un hombre vivía con su hija, él papa le asignaba como tarea le daba cuidar un par de ovejas.
Desde ese día el joven se convirtió en su cóndor, pues el, la cuidaba, la alimentaba. Pasaron los años y los dos crecieron tuvieron un hijo pero ella todas las noches lloraba porque había abandonado a su padre, se sentía mal porque ya no estaba con él ni lo apoyaba con los animales.
Un día ella se encontró a un picaflor y le pidió ayuda para poder volver con su padre, él lo único que pudo hacer fue decirle al cóndor que su esposa y su hijo habían desaparecido, aparento ayudarlo mientras ella escapaba y regresaba con su padre, desde que ella regreso a la comunidad, jamás volvió el cóndor, ella podía seguir volando pero ahora junto a su hijo.