El mito de la diosa fortuna es una paradoja de la vida misma y la suerte que algunos quieren
alcanzar corriéndola incansablemente. Cuenta la historia que Zeus tuvo una hija con una mujer, a la que llamaron fortuna, a Zeus le agradaba mucho la niña por lo que ideo un plan para acercarla a él, mandó a Hermes a que le enseñase a correr velozmente. Con el paso del tiempo Fortuna aprendió a correr más rápido que todos los seres, incluso superando a su maestro, luego Zeus hizo que la ambrosia, el alimento de los dioses, brotara de los arboles en las primeros momentos de la mañana, pero éstos al ser tocados por los rayos del sol se pudrían, así que se necesitaba a alguien muy veloz para que pudiera recolectar los frutos antes de que el sol los alcanzase. De este modo encargaron a Fortuna para tal tarea y Zeus pudo felizmente estar cerca de ella. Cuenta también el mito que si alguien atrapa a fortuna, los dioses le concederían cualquier deseo con tal de que la liberaran.