El mito de la diosa fortuna nos cuenta sobre una deidad romana llamada fortuna, hija de Zeus. Ella
era la encargada de ir a buscar por las mañanas la ambrosia y el néctar con que se alimentaban los dioses para mantenerse inmortales, ella realiza ese trabajo por ser la más rápida corredora que existe, ya que es importante recoger todos los frutos antes de que los rayos del sol los toque o de lo contrario se arruinarían. Dicen que si una persona es capaz de atrapar a fortuna en su recorrido, los dioses concederán cualquier deseo con tal de recuperar a la proveedora de alimento.