Cuando el toro de los cielos embistió a Gilgamesh Enquido intervino y agarro al monstruo con sus dos
Tras duras deliberaciones los dioses le dieron a conocer a Gilgamesh cual había sido su sentencia los dioses le perdonaron la vida a Enquido pero lo condenaron a pasar el resto de su vida recluido en unas minas a realizar trabajos forzados. Dos emisarios conducirían a enquido hasta las minas y allí permanecería hasta el fin de sus minas.